Cheval d'Or no es sólo una "cantina", es toda una experiencia. Un restaurante que se atreve, sorprende y deleita, aunque la factura sea más arrogante que popular. Una visita obligada para los gourmets en busca de emociones franco-asiáticas.
Cheval d'Or no es sólo una "cantina", es toda una experiencia. Un restaurante que se atreve, sorprende y deleita, aunque la factura sea más arrogante que popular. Una visita obligada para los gourmets en busca de emociones franco-asiáticas.